24/05/2020 LaAutenticaDefensa.net - Nota




Walter Nicolás Otta celebra en estos días un doble aniversario junto a Villa Dálmine: un 24 de mayo se coronó campeón como entrenador, mientras un 26 de mayo consiguió su primer título como jugador. "El del 1996 no era un equipo tan vistoso como el de 2012, pero sí era muy duro. Enfrentarnos era un suplicio", recordó Nico. A finales de mayo de 1995, Villa Dálmine le ganó 1-0 a Liniers con gol de Walter Nicolás Otta y, de esa manera, cerró una irregular campaña en la Primera C, categoría en la que se había sumergido desde el Nacional B después de dos descensos consecutivos. "Por entonces estuve a punto de dejar de jugar porque la frustración que tenía era muy grande. Pasé de jugar en estadios como los de Quilmes, Banfield o Colón de Santa Fe a jugar en cancha de Liniers, sin menospreciar a Liniers. Pero estaba jugando en la C y sentía que había fracasado", cuenta 25 años más tarde el mismo "Nico" Otta. Un año después de aquella situación, el 26 de mayo de 1996, el cordobés gritaría campeón con el Violeta y dejaría atrás aquella frustración: "Omar (Pepe) y Cacho (Robina) me convencieron de seguir jugando y llegó el ascenso. Fue un desahogo. Me saqué una mochila muy grande, me volví a sentir importante, me volví a sentir profesional. Y me salió la oportunidad de irme a Chile y comencé una carrera increíble", repasa Otta en diálogo con LAD. Esa "carrera increíble" se disparó en Chile (ascendió con Puerto Montt a Primera) y lo llevó a jugar en Inglaterra, España, Portugal y Alemania, entre otros países. El final de su trayectoria lo reencontró con Villa Dálmine y aunque no pudo retirarse en el Violeta, el cariño con el club siempre estuvo ahí. Y cuando se decidió por la dirección técnica sabía que iba a tener una oportunidad en Mitre y Puccini. Y cuando la tuvo, no la desaprovechó: fue el conductor del equipo que en 2012 sacó a Villa Dálmine de la Primera C después de 15 largos años. Fue nuevamente en mayo, como 16 años atrás, aunque esta vez un día 24. Y fue también un punto de despegue para su carrera, ahora de entrenador, que hoy lo encuentra al frente de Atlético Rafaela. "Siempre Dálmine fue el impulsor de mi carrera", reconoce con gratitud. "UN EQUIPO DURÍSIMO" Este doble aniversario que celebra Otta con Villa Dálmine tiene un primer hito en la temporada 1995/96 de la Primera C. Tras consagrarse campeón del Apertura, el Violeta no pudo repetir en el Clausura y por ello debió disputar una final con L.N. Alem. En la ida, jugada en Campana, igualaron 1-1; y en la revancha, en cancha de Almirante Brown, los dirigidos por Omar Pepe se impusieron 1-0 con gol de Carlos Pereyra cuando ya jugaban con uno menos por expulsión de Alejandro Marinilli. "Fui heroico", recuerda Otta. "Me acuerdo de todo, pero particularmente de ese momento en que se definió el partido: lo expulsan al Ale y después hacemos una jugada cortita con Julián Infantino y Martín Galiano, viene el centro y Jetín cabecea adelante mío. Cierro los ojos y veo la pelota entrando. Inolvidable", repasa con detalle. "Éramos un grupo de chicos que, en su mayoría, había debutado en el Nacional B y que estábamos muy golpeados por los dos descensos. Se armó un plantel con jugadores de la zona y construimos un equipo durísimo, uno de los mejores de los que me tocó ser parte. Era un grupo ganador. El Tigre Saucedo y los chicos de San Pedro (Cappeletti, Velasco y Repetti) llegaron con mentalidad ganadora y Omar también", resalta Otta. "Lo mejor de Omar era la motivación que te daba. Él tenía tacto con el jugador y lograba convencerte de cosas que vos pensabas que eran imposibles. Te hablaba y te convencía", explica sobre su DT en aquella temporada. En ese ascenso, el Violeta encontró una Primavera después de años aciagos. "El club venía muy mal, fue todo cuesta arriba. Teníamos muchas limitaciones, pero también mucho corazón. A la concentración para la final, en el predio de ASIMRA, llevamos nuestras propias frazadas, no teníamos tele, no había nada. No había dinero prácticamente. Nosotros salimos campeones por la gloria", rememora Otta. VOLVER A EMPEZAR Aquella Primavera le duró muy poco a Villa Dálmine, que no pudo sostenerse en la Primera B Metropolitana y al año siguiente ya estaba nuevamente en la C. Entonces sí comenzaría el peor ciclo deportivo de la historia del Violeta, que se empantanó en la cuarta categoría del fútbol argentino por más de 15 años. La salida de ese pantano llegaría en 2012, de la mano de un Otta ya vestido de DT: "Con Félix (Benito) y los directivos armamos un equipo bien compacto. Ya conocíamos a muchos jugadores y teníamos algunos marcados que por suerte los pudimos traer. Nos quedamos con una base del plantel que ya venía trabajando con nosotros y apuntamos a ciertos jugadores de manera minuciosa, porque la cuestión económica nos imponía un límite. Y nos la jugamos por el Dudy (Pérez), que tenía cuatro fechas de suspensión y que por eso lo pudimos traer, porque había muchos equipos que lo querían, pero no se animaban a arriesgarse por no poder tenerlo en los primeros partidos del campeonato. Nosotros sí nos arriesgamos y valió la pena". El arranque no fue bueno (tres derrotas en cinco juegos) y "fue clave" el partido con Luján de la sexta fecha: "Si no ganábamos, nos íbamos", recuerda Nico. El triunfo 3-0 abrió una racha de siete victorias consecutivas que puso al Violeta en la zona alta de la tabla y que también dejó actuaciones brillantes como los 3-0 sobre Central Córdoba (R) y Alem y el 4-0 ante Deportivo Español. "Nos sorprendió el desarrollo que tuvo el equipo, por cómo llegó a jugar. Sabíamos que habíamos armado un buen equipo, pero uno no tiene la seguridad de que todo va a funcionar como imagina. No arrancamos bien, pero una vez que empezamos a acumular victorias, fue una locura el nivel que alcanzó el equipo", admite Otta. El inicio de la segunda mitad de la temporada fue inmejorable: 3-0 como local ante Defensores Unidos ante un enorme marco de público que ya se identificaba e ilusionaba con el equipo: "Desde el clásico en adelante, la gente nos acompañó como yo nunca había visto en Campana. Se dio una comunión, entre directivos, cuerpo técnico, jugadores y simpatizantes que ayudó a la consecución del objetivo", recuerda el cordobés con alegría. En la recta final del campeonato, "Nico" remarca como "partido más importante" el triunfo en casa sobre UAI Urquiza, rival con el que se peleaba palmo a palmo: "Ahí agarramos la punta y ya no la soltamos más". En ese tramo, además del buen juego, también apareció mucha personalidad para sacar adelante encuentros muy complejos ante Laferrere y Midland, por ejemplo. "Teníamos hombres, había jugadores de mucha jerarquía para lo que era el momento y la categoría. Y otros que, a pesar de su juventud, tenían muchos partidos en el lomo", destaca. La historia se cerró el 24 de mayo, con la victoria 2-1 sobre Talleres (RE) en Mitre y Puccini. Y todavía hoy se sigue recordando, porque marcó el renacer de la institución y porque aquel plantel dejó un grato recuerdo entre los hinchas: "Fue uno de los mejores grupos que hemos armado como cuerpo técnico", asiente Otta, quien todavía se mantiene en contacto con muchos de esos jugadores, de la misma manera que guarda estrecho vínculo con sus compañeros de 1996. Para el cierre, al cordobés le queda la comparación entre uno y otro equipo campeón: "El del 96 no era tan vistoso, pero sí era muy duro. Enfrentarnos era un suplicio. Hacernos un gol era muy difícil, corríamos todos, nos matábamos. El de 2012 jugaba más lindo, de mitad de cancha hacia adelante era más fluido, con más juego asociado", los diferencia Nico después de haberse coronado con ambos, en uno como jugador y en el otro, como entrenador. Ambas en mayo. LA FORMACIÓN DE LA FINAL EN 1996, CON OTTA PARADO ENTRE PEREYRA Y FRATTINI. ESA TARDE, VILLA DALMINE GRITÓ CAMPEÓN AL VENCER 1-0 A ALEM EN CANCHA DE ALMIRANTE BROWN.

#12195289   Modificada: 24/05/2020 13:30 Cotización de la nota: $6.080
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