12/04/2021 NoticiasParana.com.ar (Parana) - Nota

Este debería ser el verdadero precio del DÓLAR oficial


Mientras las reservas del BCRA siguen casi fijas, los pesos vuelven a expandirse. Aparecen las primeras señales de agotamiento en la organización de Guzmán La emblema mágica: $147 por dólar. Eso es lo que marca hoy el cálculo clásico del «tipo de cambio de convertibilidad» más usado por los economistas. Es el que se obtiene de dividir la colchoneta monetaria más los pasivos del Banco Central sobre la cantidad de divisas. En números, de acuerdo a los datos oficiales más actualizados, supone dividir $5.865.646 millones (la suma de los $2.801.453 de la colchoneta monetaria más los $3.064.193 de Leliq y pases pasivos) sobre las reservas internacionales, que alcanzan a u$s39.593. Hay una larga discusión entre los economistas sobre cuál es metodología de cálculo más adecuada, pero se llegó a cierto consenso sobre que esta cuenta es la que da el «tipo de cambio de equilibrio». O, por lo menos, es la que refleja la relación entre los pesos de disponibilidad inmediata, que tienen la posibilidad de presionar al tipo de cambio, y las reservas del Banco Central. Ese dólar teórico de $147 coexiste con un dólar blue de $142, que sigue con demanda deprimida. Se le aproximan más los dólares del mercado financiero (el MEP y el «contado con liquidación») cotizan a $143 y a $150 respectivamente, lo que implica un brinco respecto de los últimos días -según los analistas una respuesta delante un eventual suspensión crematístico por la pandemia-. «Las versiones paralelas del dólar miran de reojo esta situación, intentando alguna reacción alcista preventiva. El contado con liqui permanece levemente atrasado, en parte debido al control gubernamental y liquidaciones puntuales por el impuesto a la riqueza», planteó un documentación de la consultora Delphos. En lo que respecta al tipo de cambio oficial, el dólar teórico se ubica un 50% del mayorista que maneja el Banco Central, mientras que está un 9% por debajo del «solidario» (que incluye en impuesto de 30% más el adelanto de 35% por el impuesto a las Ganancias). Pesos por montacargas, dólar por escalera En definitiva, más allá de movimientos marginales vinculados a la situación de la pandemia o a ventas por cómputo de impuestos, las cifras del mercado cambiario se consideran coherentes con el «dólar de convertibilidad». En cambio, lo que sí se está mirando con más lupa es la tendencia. Y ahí cambia drásticamente el humor. Porque la misma cuenta de «convertibilidad» que hoy da $147, hace tres meses, daba $129. Lo cual deja en evidencia que, mientras el numerador de la cuenta (la colchoneta monetaria y los pasivos del Central) están creciendo, las reservas prácticamente no han tenido variación. A pesar de abastecer al dólar bajo control, el BCRA no termina de calmar al mercado, por su sacrificio de reservas Los números son sobrado elocuentes al respecto: la suba la parte de los pesos subió en 14%, la de los dólares escasamente lo hizo en 0,5%. Y ahí es donde el mercado empieza a encender luces amarillas. Y lleva a la pregunta más escuchada en estos días en los examen económicos: ¿cuánto tiempo más podrá sostenerse la paz cambiaria en la medida en que la relación entre pesos circulantes y reservas del BCRA siga evolucionando para peor? Porque si de poco no tienen dudas los analistas, es que la situación va a empeorar. Es cierto que el Central comunicó el logro de acontecer consolidado una caída de los agregados monetarios medidos como porcentaje del PBI. Y además que la caja fiscal celebró su seguidilla de siete meses consecutivos de ingresos por encima de la inflación. Pero además pero hay muchas lupas puestas sobre el crecimiento en el pasivo del Banco Central. La emplazamiento «bomba de Leliq» es el principal ambiente de preocupación, porque llegó a un cuerpo tan ilustre que, aun cuando la entidad que dirige Miguel Pesce no emitiera un peso más para asistir al Tesoro, de todas formas se generaría una expansión monetaria como consecuencia del suscripción de intereses por estas literatura que el BCRA usa para retirar los pesos «sobrantes» que los bancos no consiguen colocar en el mercado. Hablando en plata, la expectativa es que la cantidad de Leliq pueda originar, sólo por pagos de interés a una tasa de 38%, una exhalación longevo a $800.000 millones. «Ya es un axioma en la economía argentina: dinero que paga interés, genera inflación. Sólo puede ser revertido si hubiera una mayor demanda de pesos para transacciones, es decir, revertir la recesión y comenzar a crecer», afirma Diana Mondino, experta en finanzas y docente de la Ucema. El posterior documentación oficial indica que el stock de Leliq superó los $3billones, una emblema que duplica la del año pasado, cuando hubo que enriquecer, sólo por intereses $721.000 millones. Y la tendencia marca un pérdida. «Lo que más preocupa es que ese endeudamiento genera cada vez más intereses. Por ejemplo, en el primer trimestre del año 2020 pagábamos $144.000 millones de intereses, mientras que en el primer trimestre del 2021 estamos pagando $242.000 millones», apunta el asesor Salvador Di Stefano. Por lo pronto, en lo que va del año, ya hubo que enriquecer por concepto intereses casi $190.000 millones, lo que marca una proyección -si no se modifica la política- de un costo creciente. La paradoja del «dólar tranquilo» de Guzmán En cambio, hay menos señales de inquietud por el flanco de la exhalación del Banco Central con fines de subsidio al Tesoro. Se ha mantenido en términos relativamente bajos, si se compara con lo que ocurría hasta hace unos meses. Por adelantos transitorios, la exhalación fue de $132.000 millones en lo que va del año, una emblema que luce pequeña cuando se compara con los $312.000 millones que se registraban en el primer trimestre del año pasado. Sin retención, esta no es una situación que termine de tranquilizar al mercado, porque esa nueva política virtuosa tiene un flanco sombrío: para servir menos de la subsidio del Central, el ministro Martín Guzmán está tratando de seducir a los inversores con títulos en pesos. Y su gran argumento para que le presten es que mantendrá a rajatabla su política de «dólar planchado». Pero, a su vez, para que eso ocurra debe martirizar reservas del Banco Central. Es la gran paradoja del mercado. La misma organización que garantiza la paz cambiaria es la que impide que el Banco Central pueda aumentar su cantidad de reservas -incluso cuando se está viviendo un inesperado expansión de precios agrícolas que llevó a un incremento en la entrada de divisas por exportación. Hablando en números, a pesar de que compró divisas por u$s1.300 millones en marzo, aprovechando el buen momento de la exportación agrícola, la institución dirigida por Miguel Pesce escasamente si pudo hacer que las reservas subieran u$s159 millones. Más de un 80% de los billetes verdes que se compran en el mercado terminan yendo a pagos de obligaciones -por ejemplo, con organismos internacionales- pero, sobre todo, a financiar el conocido «rulo» que mantiene a guión al tipo de cambio mediante la saldo de bonos en dólares. Los críticos más ácidos asimilan la situación a una forma diferente de «fuga de dólares» o de subsidio de tipo de cambio para quienes hacen la operación de triangulación de bonos consistente en comprar en pesos y traicionar en dólares. Y algunos están percibiendo las primeras señales de agotamiento en esa organización. Básicamente, que a Guzmán cada vez le resulta más difícil la renovación de deuda, porque el mercado le exige más tasa de interés como condición para no ir a refugiarse al dólar. Y ya empezó a observarse una tendencia a colocarse en inversiones de longevo solvencia. Y además, en una conducta que a primera traza puede parecer difícil de entender, el mercado empieza a desprenderse de los papeles que ajustan por inflación. Los dólares del segundo semestre: ahora o nunca ¿Cómo se explica que, luego de que Guzmán les garantizara un «seguro de cambio» de hecho al anunciar una especie de tablita cambiaria que implicará una devaluación de 24% en todo el año, los inversores desprecien a los bonos CER, que cuanto más acelera la inflación aumentan su beneficio en dólares? Y los examen apuntan a que hay una deterioro de la confianza. Básicamente porque lo que se percibe como perspectiva a futuro es que haya cada vez longevo expansión de pesos sin que las reservas puedan seguir el mismo ritmo. En otras palabras, que esa ecuación del «dólar de convertibilidad» irá reflejando un precio cada vez más suspensión. Eso no afectaría al tipo de cambio oficial, claro está, pero sí a la brecha con el mercado paralelo, que otra vez sufriría presiones alcistas. Lo cual pondrá al Gobierno en el dilema de  designar qué variable martirizar. En situaciones «normales», la alternativa más probable sería la de aumentar las reservas. Pero no todos creen que ese sea el criterio que prevalezca este año. Martín Guzmán, cada vez con mayores dificultades para renovar la deuda sin subir las tasas de interés Un documentación de Consultatio proyecta que, para calar a las elecciones con el panorama cambiario bajo control y un «blue» relativamente estable, las reservas del Banco Central podrían ubicarse en un nivel u$s1.000 millones más bajo que el contemporáneo. Un tablado que, según el documentación implicaría «profundizar las vulnerabilidades de la economía». «Si esto es así, las consecuencias en términos de inversión son bastante claras: con una brecha estabilizada ‘a la fuerza’ hasta octubre, el tipo de cambio contado con liquidación correría lentamente al ritmo del crawling-peg oficial y, por lo tanto, los bonos en pesos podrían obtener retornos positivos en dólares». Mientras que Juan Luis Bour, economista caudillo de la fundación FIEL observa: «Los inversores se están colocando en papeles a tasa fija, así que lo que hay que interpretar es que le van a empezar a pedir a Guzmán una tasa más alta. Porque ellos no quieren quedarse en pesos, quieren salir, y necesitan algún mecanismo como el del MEP, y nadie está seguro de cuánto tiempo será sostenible una brecha en estos niveles. Si de pronto la brecha sube y el MEP se va a $160, el inversor ve que su tasa de interés se esfuma, por eso va a pedir cada vez más», analiza Juan Luis Bour, economista caudillo de la fundación FIEL. De momento, la atención del mercado estará puesta en las licitaciones que hará Guzmán en abril para «rolear» deuda del Tesoro. En el segundo trimestre deberá renovar por $951.000 millones. El Gobierno tiene a su atención un creador estacional: es el momento de más entrada de dólares, y por otra parte habrá cierto alivio fiscal por el ingreso del impuesto extraordinario a las Grandes Fortunas. Pero además habrá un desafío: el de servirse el momento para reforzar las reservas del Banco Central, poco que si no se hace en este momento, difícilmente pueda lograrse en el segundo semestre. Mientras tanto, el mercado cambiario sigue viviendo su siesta, pero sin dejar de mirar de reojo cómo la cuenta del «dólar de convertibilidad» va mostrando una inquietante tendencia a la suba. FUENTE

#22733706   Modificada: 12/04/2021 21:16 Cotización de la nota: $9.120
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